Uno de los proyectos de inversión que Cuba está acometiendo para modernizar y ampliar su infraestructura portuaria es en el Puerto de Mariel.
Ubicado al oeste de La Habana, en la Provincia de Artemisa, y con una profundidad de 33 pies, se pretende convertirlo en el mayor puerto de carga de Cuba, sustituyendo en esa función al puerto de la capital, cuya área se utilizaría para propósitos turísticos y recreacionales. Para ese propósito se está edificando una moderna terminal de contenedores, que cuando esté en su máxima capacidad operacional, podrá operar un millón de contenedores al año, muy superior a la actual capacidad del Puerto de La Habana que mueve 350,000 contenedores anuales.
La obra cuyo costo está estimado en cerca de 1 billón de dólares, financiada por Brasil y ejecutada por la empresa Odebrecht del mismo país, será también el corazón de una Zona de Desarrollo Económico que tendrá como actividad productiva central la industria ligera dirigida a cubrir las necesidades del país y para la exportación. También se pretende que sea la base de las exploraciones petroleras que se acometen en las aguas territoriales del norte de Cuba y que sirva de puerto de trasbordo regional, con condiciones para recibir a la nueva generación de buques, de mayor anchura y calado, que estarán transitando entre el Atlántico y el Pacífico gracias a la ampliación del Canal de Panamá.
El proyecto de inversión incluye también almacenes, cámaras frías, centro de suministro de combustible, de distribución de alimentos y otros servicios. Además contará con una red vial y ferroviaria conectada a las autopistas y vías existentes con el fin de garantizar el movimiento de mercancías que genera el puerto.
Se espera que la terminal de contenedores inicie operaciones de forma parcial en el 2014 y será administrada por la firma de PSA International de Singapur. La firma opera varios puertos en todo el mundo, incluyendo Panamá y Argentina.