El cierre de un negocio es siempre una decisión difícil y dolorosa. Técnicamente hablando, una empresa cierra sus operaciones cuando con los ingresos que genera no puede cubrir sus costos variables o cuando las pérdidas por seguir operando serían mayores que las que existirían con el cese de operaciones.
Las razones por las cuales un negocio llega a esa situación extrema son varias: desde mala administración hasta condiciones adversas del mercado. Muchas veces las señales de que algo no esta funcionando bien son emitidas por diversas vías. Una de ellas y la más certera son a través de las proporciones financieras (financial ratios). En otra reflexión habíamos comentado lo importante que es para las empresas calcular, analizar y compilar los resultados de estos indicadores porque son una herramienta de mucho valor para conocer la salud financiera de una organización.
La otra vía que permite alertar de la situación de una empresa son las informaciones acerca de la evolución del entorno donde la empresa funciona. Y cuando hablamos de entorno nos referimos tanto al nacional como al internacional. La evolución de ese entorno influye significativamente en el funcionamiento empresarial y ello es particularmente decisivo en el caso de las economías abiertas, que son aquellas que dependen grandemente del mercado externo para funcionar. En este contexto, una empresa, por muy pequeña que sea, sentirá de forma directa o indirecta los impactos de las cambiantes condiciones foráneas y, si las mismas son adversas, pueden poner en peligro la propia existencia del negocio.
Es importante para la gerencia de las empresas mantener el monitoreo de las condiciones del entorno externo de sus organizaciones así como su desempeño, porque en la previsión puede estar la clave que evite adoptar la decisión extrema de cerrar el negocio. Al identificar oportunamente las causas de un deterioro empresarial se podrán elegir alternativas que permitan mantener la empresa en funcionamiento.
Si por ejemplo, la razón de un inadecuado funcionamiento operacional-financiero es porque el mercado donde la empresa actúa agotó sus posibilidades de crecimiento, se pueden explorar otros mercados, incluyendo los foráneos, ya sea para exportar pero incluso para encontrar proveedores de insumos más económicos.
América Latina y el Caribe ha sido una región que ha mantenido en los últimos 10 años una apreciable estabilidad, crecimiento y disciplina económica que le ha permitido generar un nivel de confianza como mercado para desarrollar negocios internacionales. Dentro de la región se destacan los casos de Colombia, Perú, Ecuador, República Dominicana y Chile.