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Bretton Woods: 70 años después

La Conferencia Monetaria y Financiera Internacional celebrada en Bretton Woods (New Hampshire, Estados Unidos) tuvo lugar entre el 1ro y el 22 de julio de 1944 y la cual se conoció posteriormente como la Conferencia de Bretton Woods.

En ella participaron representantes de 44 países y su objetivo central fue intentar lograr la estabilidad de los tipos de cambio entre las distintas monedas buscando establecer un nuevo orden económico y financiero una vez que finalizara la II Guerra Mundial.

En la mencionada reunión se presentaron dos posiciones centrales. Por un lado la argumentada por el economista británico John Maynard Keynes, que proponía la creación de un banco central mundial capaz de emitir una moneda internacional. Esta idea, respaldada por diversas naciones, particularmente  Gran Bretaña, buscaba a través del valor de una moneda internacional vinculada a la gama mundial de "divisas claves" solidificar las bases para un compromiso financiero estable y multilateral. La otra propuesta era la norteamericana conocida como Plan White que colocaba al dólar como moneda líder del nuevo orden monetario internacional, con una equivalencia en oro a partir de un tipo de cambio fijo de 35 dólares la onza. Bajo este plan, todos los países se comprometían a ajustar sus monedas en un determinado espectro con respecto al dólar y mantener sus reservas en oro o dólares. Como contrapartida, EE.UU. garantizaba cambiar dólares por oro cuando fuera necesario.

Finalmente se impuso el Plan White. Desde un inicio, el plan de Keynes estaba condenado al fracaso, por un lado debido a que el mundo de entonces no estaba preparado para soluciones multilaterales y por otro lado el poderío económico y financiero de los Estados Unidos contrastaba con la situación de las naciones europeas que se encontraban completamente devastadas por el impacto de la guerra en sus territorios, lo cual respaldaba la fortaleza del dólar frente a las demás monedas. En 1945 la producción estadounidense era la mitad de toda la producción mundial, participaba en un 40% del comercio internacional y disponía de las dos terceras partes del total de las reservas mundiales de oro

De la conferencia surgieron también el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), instituciones financieras encargadas de regular y mantener la estabilidad de la nueva arquitectura financiera mundial.

Este sistema funcionó sin grandes tropiezos desde 1944 hasta los años sesenta, permitiendo una relativa expansión de la economía y el comercio mundial. A finales de los sesenta estuvo sujeto a tensiones crecientes, debido principalmente a las políticas fiscales expansivas de los Estados Unidos, motivadas en lo fundamental por el desmesurado gasto bélico provocado por la guerra en Viet Nam, la salida de recursos financieros debido a la inversión de EE.UU. en el exterior y otros gastos dirigidos a garantizar una relativa estabilidad interna. Todo ello propició que EE.UU. tratara de resolver sus necesidades financieras imprimiendo dinero indiscriminadamente, con lo cual el dólar comenzó a perder valor. Frente a esta realidad los gobiernos europeos comenzaron a convertir sus reservas en dólares en oro creando una situación insostenible para EE.UU.

Ante esta situación, el sistema de paridades fijas entró en crisis cuando el gobierno del presidente Richard Nixon declaró el 15 de agosto de 1971 la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro.

Después de algunos intentos fallidos por restablecer la convertibilidad del dólar en oro y en medio de la crisis petrolera de 1973, el sistema se abandonó definitivamente. El mayor crecimiento monetario de los Estados Unidos alimentaba la inflación interna e internacional, haciendo que el resto de los países, fundamentalmente los europeos, fueran cada vez más reacios a continuar importando la inflación estadounidense a través de los tipos de cambios fijos.

El sistema de paridades fijas fue sustituido por un régimen de flotación entre las principales monedas, que abrió paso a un esquema de alta volatilidad y frecuentes desalineamientos de los tipos de cambio. Este sistema de tipos de cambio flexibles no supuso de ninguna manera una solución a las distintas problemáticas económicas y financieras mundial. Asimismo, se han potenciado los llamados derivados financieros como una solución para cubrir los riesgos derivados de la volatilidad de las monedas, pero estos han constituido una de las más devastadoras fuentes de inestabilidad para el escenario económico financiero internacional.

 

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